Este fin de semana…
es el espacio de tiempo,
cuando las celebraciones
en los pequeños pueblos de esta comarca,
se aglomeran en el calendario…
Tradicionalmente,
fueron días,
en los que después
del trabajo en el campo,
se reunían las familias
y los vecinos en torno a
una mesa bien surtida,
donde compartir…
donde los juegos y
las pruebas
a los que los habitantes
de estas pequeñas poblaciones
se enfrentaban…
ayudaban a estrechar lazos.
Unas fechas en las que incluso
unas creencias religiosas,
una fé,
movían el reloj y las conciencias…
Donde se comentaba lo ocurrido
durante el año
y se preveían las dificultades
del duro invierno que esta por llegar.
Unas dificultades que por cercanas y de influencia directa
eran asumibles y a las que se les podía dar respuesta.
Muchas de esas costumbres han ido cambiando
por el paso del tiempo.
Las nuevas tecnologías,
las nuevas formas de relación,
los conflictos nuevos,
pero siempre presentes
y en esencia tan antiguos,
como la propia civilización,
han relegado el espíritu
de estas fechas,
a un tiempo de escape
del estrés generado.
por nuestra actual forma de vida.
Conflictos lejanos,
imposibles de combatir,
con nuestros limitados medios,
pero no por ello extraños,
siempre ha habido malechores
gentes con pocos escrúpulos…
los mercados, la usura,
la falta de solidaridad,
la globalización …
en la que estamos sumidos,
que nos agita como un caballo salvaje,
al que o domamos
o nos derribará.
sea como sea….
quizás aún quede algo
de aquel sentimiento de compartir
en nuestro interior.
y podamos reencontrarnos con un pasado,
que quizás hayamos olvidado,
un pasado que sería una lástima perder.
Un pasado marcado
por el paso de las estaciones,
por los ciclos de la vida.
Nuestra conexión con la tierra….
La naturaleza,
que aun siendo dura en ocasiones,
siempre ha protegido y
proveído al hombre
en sus necesidades….
la confianza de que todo invierno pasa
que no se nos olvide,
después de una tormenta
siempre llega la calma,
y…
poder evitar que el miedo
se instale en nuestras vidas
para que surja de un modo natural,
nuestra sonrisa interior.
Una flor de loto para todos.